Atlas AEED
10.3. Estadiaje de los tumores esofágicos y gástricos
Dr. Macías (Cádiz)
Estadificación cáncer de esófago
En la estadificación de las neoplasias esofágicas se debe valorar, además de la extensión parietal, la existencia de adenopatías (cervicales, mediastínicas y del tronco celíaco) y la posible invasión de estructuras vecinas como grasa, traquea, bronquios, arteria pulmonar, aorta y sus ramas principales, pericardio, vena azygos, vena cava superior, columna, pleura y diafragma. La ecoendoscopia presenta una precisión alrededor del 85 % en la determinación del estadio T, y del 75 % para la valoración de la existencia de adenopatías metastásicas. La distinción entre T1 con afectación mucosa o submucosa es difícil de realizar (Figuras 10.3.a.1 y 10.3.a.2), pero importante por la posibilidad de tratamiento endoscópico de los primeros. En general, se considera que cuando se visualiza el tumor éste invade ya la submucosa. El empleo de minisondas de alta frecuencia se ha mostrado de mayor precisión. La precisión para tumores T2 es algo menor (76 %) pues la existencia de fenómenos inflamatorios hace frecuente la sobreestadificación. En mediastino es frecuente la existencia de adenopatías inflamatorias que pueden mostrar similares características a las neoplásicas. Adenopatías mayores de 1 cm, redondeadas, hipoecoicas o heteroecoicas, y de bordes nítidos suelen ser metastásicas, pero pocas adenopatías malignas cumplen estos 4 criterios, de manera que, cuando del estadio N dependa el tratamiento, está indicada su punción guiada por EE. La infiltración de estructuras vecinas por el tumor implica en general irresecabilidad. La ecoendoscopia presenta una elevada precisión para determinar la invasión vascular y pleural pero menor en la evaluación de la afectación traqueobronquial y de la grasa mediastínica (Figuras 10.3.a.5 y 10.3.a.6) La ecoendoscopia también permite realizar una estadificación “a distancia” mediante la evaluación de las estructoras del hemiabomen superior vecinas a estómago y duodeno, de manera que puede poner de manifiesto lesiones hepáticas o adenopatías en tronco celiaco que implican una enfermedad diseminada.
Estaditificación del cáncer gástrico
Mediante ecoendoscopia se debe valorar la invasión parietal, la presencia de adenopatías mediastínicas, la extensión en las diferentes estaciones ganglionares del hemiabdomen superior (puede ser difícil determinar la existencia de adenopatías mesentéricas y paraaórticas) y la infiltración de estructuras vecinas (hígado, páncreas, bazo, diafragma, pared abdominal, colon y grandes vasos). No debe dejar de valorarse la existencia de metástasis en lóbulo hepático izquierdo o pequeñas cantidades de ascitis. La ecoendoscopia muestra una precisión en la determinación de la invasividad local (T) del 78 % y del 70 % para la invasión ganglionar (N) Entre las dificultades específicas de la estadificación del cáncer gástrico, destacan las siguientes: 1. Distinción entre T1 con invasión mucosa y submucosa, aun con sondas de alta frecuencia, sobre todo en lesiones deprimidas. 2. Valoración de tumores ulcerados con gran componente inflamatorio, que lleva a una sobreestadificación. 3. Dificultad para distinguir la afectación de la subserosa (T2) de la serosa (T3). 4. Ausencia de serosa en curvadura menor y fundus gástrico que lleva a considerar como T3 tumores que son realmente T2 (Figura 10.3.b.1). 5. Valoración de la infiltración del colon o la existencia de pequeños nódulos peritoneales. La presencia de ascitis no siempre es sinónimo de carcinomatosis, pero se ha demostrado una sensibilidad y especificidad del 80%.
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